Machu Picchu o “montaña vieja” en
quechua, es el nombre contemporáneo de esta imponente construcción enclavada a
2490 msnm, en la vertiente oriental de la Cordillera Central de los Andes
peruanos. Se cree que fue construida por el emperador Pachacútec (“el que
rehace el mundo”), a mediados del siglo XV en una zona de difícil acceso entre
las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu.
Panorámica de Machu Picchu Fuente: jaled Abdelrahim. Kilómetro Sur. Blog del Viajero. ¿Quién descubrió Machu Picchu?. |
Aunque según la versión oficial de la
historia, Machu Picchu fue descubierto en 1911 por el explorador Hiram
Birgham, parecen existir pruebas de que su descubrimiento fue realizado en
Julio de 1902 por el peruano Agustín Lizárraga, que buscaba nuevas tierras
para la agricultura. Se cree que la ciudad fue empleada como templo ceremonial
y residencia de descanso de Pachacútec y su corte, aunque algunos
investigadores le atribuyen un carácter militar como fortaleza de retaguardia
de la milicia Inca.
Vista urbanística de Machu Picchu. Perú Fuente: Revista Digital. Apuntes de Arquitectura. El verdadero descubridor de Machu Picchu |
Al contemplar esta impresionante construcción, ineludiblemente viene a la mente la pregunta de ¿cómo
hicieron los antiguos Incas para mover estas piedras gigantescas (algunas de
más 20 toneladas) montaña arriba, sin conocer la rueda y en un terreno tan
abrupto, rodeado por los cerros de la cadena montañosa del Vilcabamba y
flanqueada por el río Urubamba. Dejan muchas dudas los ensayos de los
arqueólogos modernos, que logran mover rocas de apenas 13 toneladas aplicando
teorías peregrinas, en las que se afirma que los Incas emplearon los árboles
locales como rodillos o trineos de madera, que iban moviendo lentamente con las
piedras encima de ellos. Pero ¿se puede mediante rodillos de madera transportar
piedras de prácticamente el doble de peso, por una superficie
accidentada e irregular (no como los ejemplos sobre terreno suave y liso que
vemos en esos documentales de la National Geographic), y con una pendiente que
se aprecia bastante más pronunciada que los citados ensayos modernos?.
Piedras de las murallas de Machu Picchu. Perú Fuente: Salida Inmediata.com Machu Picchu. Perú |
En el punto más alto de la construcción
se impone el Intihuatana, un pilar de piedra finamente tallado que aumenta el
misterio. Está alineado perfectamente con los “4 dioses de la montaña”, que son
los montes más altos de la región y corresponden con los 4 puntos cardinales.
Hoy en día se le considera un reloj solar, sin embargo su origen y finalidad
son aún un misterio sin resolver. En las antiguas tradiciones Incas, el pilar
representaba una especie de amarre para el Sol,
buscando garantizar que éste no dejara de salir cada mañana.
Intihuatana. Machu Picchu. Perú Fuente: Juan Sinfe. Serie: Metiendo el Ojo. Hora de Salida. Intihuatana. |
Los ingenieros Incas también
desarrollaron una impresionante infraestructura hidráulica mediante más de 600
terrazas progresivas, que además de apuntalar la montaña, funcionaban como un
inteligente sistema de drenaje del agua lluvia, que de otra manera amenazaría
con derrumbar montaña abajo toda la construcción. También construyeron
unos 14.000 kilómetros de carreteras, que rivalizan incluso con las vías
construidas por los romanos cuando estos dominaban Europa.
Sistema de Terrazas en Machu Picchu. Perú Fuente: El Rincón del Vago. Arquitectura y sociedad Inca en el período clásico. |
También resultan insuficientes las
explicaciones de los historiadores convencionales, acerca de las técnicas
empleadas para cortar y emplazar las rocas de duro granito que componen las
murallas de la ciudad, realizadas por un pueblo “primitivo” que no
contaba con utensilios de hierro, ni empleó argamasa o mortero alguno para su
juntura, no obstante, se ajustan de manera perfecta una con otra y es imposible
insertar una cuchilla entre ellas.
Adicionalmente, son sorprendentes los
indicios de que los antiguos Incas eran capaces de realizar trepanaciones
craneales hace al menos 500 años. Esto lo sabemos a partir de los cráneos con
orificios circulares encontrados en Machu Picchu, en los que es evidente el
crecimiento de nuevo tejido óseo, posterior a la intervención quirúrgica y que
demuestran que el paciente sobrevivía a la misma.